Durante siglos, los seres humanos hemos mirado a las criaturas con las que compartimos esta maravillosa Tierra y nos hemos preguntado si pueden comunicarse como nosotros. Al fin y al cabo, la comunicación es uno de los pilares del proyecto humano. Nada de lo que hemos conseguido como especie sería posible sin ella.
Por eso hemos dedicado muchos recursos a estudiar hasta qué punto los animales no humanos han avanzado en sus propios proyectos. Esta línea de investigación ha servido para algunos propósitos clave.
Por qué estudiamos la comunicación animal
Gran parte de la investigación en el área de la comunicación animal ha sido impulsada por el objetivo de comprender mejor la comunicación humana. El supuesto subyacente aquí es que la cognición animal, y por tanto la comunicación, podría ser de alguna manera una forma más rudimentaria de la cognición humana. Por tanto, el estudio de cómo los animales se transmiten mensajes entre sí podría conducirnos a los componentes básicos de nuestros sistemas simbólicos, mucho más avanzados.
Observar los patrones de comunicación compartidos también es una forma de llegar al fondo de las cuestiones relativas a la ascendencia compartida. Digamos que empezamos a ver que los gestos son una característica de la comunicación entre todos los grandes simios no humanos. Esto serviría como otra prueba de que la comunicación basada en gestos es un rasgo homólogo, lo que significa que los últimos antepasados comunes que compartimos con grandes simios como gorilas, chimpancés y bonobos también se comunicaban mediante gestos.
Por último, el estudio de la comunicación animal también tiene un propósito más pragmático para los seres humanos. La mayoría de nosotros tenemos que convivir con animales de algún modo, ya sean animales de compañía como perros y gatos o, en algunos casos, animales salvajes como monos y elefantes. Estudiar cómo se comunican estos animales nos da la posibilidad de tener relaciones más sanas con ellos y una visión de su vida interior y su sufrimiento.
Con esos objetivos, los seres humanos han estudiado sistemáticamente las interacciones entre muchas clases diferentes de animales. Quizá una de las clases de animales más fascinantes en ese sentido sean las ballenas. Las emanaciones de otro mundo que hemos oído salir de estas increíbles criaturas siempre han despertado nuestra curiosidad. Ahora, una nueva investigación arroja luz sobre la forma en que las ballenas utilizan estos sonidos para comunicarse entre sí.
El sistema de comunicación de las ballenas
Un estudio publicado en la revista Nature Communications a principios de este año intenta descifrar los patrones subyacentes en las vocalizaciones producidas por los cachalotes. El estudio fue realizado por un equipo de científicos del Laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT y de la Iniciativa de Traducción de Cetáceos (CETI).
Los cachalotes no se comunican con los cantos espectrales que solemos asociar a las ballenas; éstos proceden en realidad de otro tipo de ballena, la jorobada. En cambio, los cachalotes emiten chasquidos ligeramente alargados en grupos de entre tres y cuarenta. Los científicos denominan codas a estos grupos de chasquidos individuales. Los miembros de esta especie de ballena suelen emitir codas mientras nadan unos junto a otros.
Los investigadores que trabajaron en este estudio específico pudieron obtener una base de datos de nueve mil codas de cachalote que habían sido recogidas por el Proyecto Cachalote de Dominica. A continuación utilizaron una combinación de inteligencia artificial y equipos integrados para tratar de extraer patrones en estas vocalizaciones. Se colocaron etiquetas de registro biológico en miembros de la familia de cachalotes del Caribe Oriental. El equipo convirtió estas vocalizaciones en datos visuales para estudiar los patrones subyacentes en la comunicación.
Resulta que los cachalotes han utilizado sus codas como bloques de construcción de un sistema de comunicación estructurado bastante avanzado. De hecho, su sistema es tan avanzado que el estudio afirma que puede considerarse un alfabeto fonético estructurado.
Los cachalotes utilizan algunas técnicas diferentes para pasar de los sonidos básicos a un sistema de comunicación más elaborado. Una de ellas es la alteración del tempo de los sonidos que emiten. Los investigadores lo compararon con el rubato, una característica de los sonidos musicales en la que el tempo aumenta bruscamente y luego vuelve a caer al ritmo original.
Del mismo modo, los investigadores también descubrieron que las ballenas utilizaban la ornamentación, o cambios sutiles dentro de las codas para desplegarlas en diferentes contextos conversacionales. Aún más interesante es el hecho de que se observó que las propias codas se utilizaban de forma combinatoria, lo que permitía construir una secuencia de mensajes bastante elaborada mediante esta técnica.
Sólo rascando la superficie
Este estudio de los investigadores del MIT supone un gran avance en nuestra comprensión de cómo se comunican las ballenas. Al mismo tiempo, sólo nos muestra lo lejos que tenemos que llegar en la comprensión de la vida de estas y otras criaturas, animales que tienen vidas sociales complejas y elaborados rituales de grupo.
A medida que profundizamos en la comunicación y la cognición de estos animales, empezamos a ver que, después de todo, puede que no seamos tan únicos. Estos descubrimientos nos recuerdan que debemos ser cada vez más conscientes de cómo compartimos la Tierra con nuestros semejantes, humanos o no.