El idioma que elija importa menos que el hecho de elegir uno y comprometerse con él, así que no tema probar cualquiera, desde francés hasta fulani. Exploremos los beneficios de aprender un idioma en la etapa tardía de la vida, desde prevenir la demencia hasta mejorar la memoria y la neuroplasticidad.

Los beneficios del multilingüismo

Los idiomas son diversos, y muchas personas deciden aprender más de uno ya sea por razones personales o por algo más práctico, como vivir en una comunidad donde se utilizan varios idiomas a diario. A pesar de esto, se cree en general que alrededor del 40% de la población mundial habla solo un idioma, y dentro de los Estados Unidos, la gran mayoría (alrededor del 80%) es monolingüe, es decir, habla solo inglés. Compare esto con la población de Europa, donde aproximadamente dos tercios hablan más de un idioma.
¿Por qué es importante? La ciencia continúa estudiando los efectos del aprendizaje de idiomas en el cerebro, y la investigación está revelando que, para quienes aprenden un nuevo idioma después de jubilarse o usan regularmente dos o más idiomas, los beneficios son impresionantes.

Retraso en el inicio del deterioro cognitivo

Uno de los descubrimientos científicos más destacados sobre el bilingüismo en la jubilación proviene de un número creciente de estudios que indican que aprender un nuevo idioma puede retrasar el deterioro cognitivo, como la demencia. Si bien no detiene por completo el desarrollo de estas condiciones, la investigación sugiere que estudiar y utilizar más de un idioma puede retrasar el inicio de los síntomas de demencia en aproximadamente cuatro o cinco años para muchas personas.

Mayor control ejecutivo y neuroplasticidad

El control ejecutivo describe la capacidad del cerebro para cambiar sin esfuerzo su atención entre conceptos u objetos, hacer planes y organizar ideas. Este proceso, controlado principalmente por la corteza prefrontal, contribuye a una estimulación mental constante y a la capacidad de tomar decisiones racionales y reguladas, lo cual, en sí mismo, requiere un procesamiento que inhibe el deterioro cognitivo. Los estudios muestran que cuando una persona aprende un nuevo idioma, entrena sus centros de control ejecutivo, lo que mejora su desempeño con el tiempo.

Desarrollo de la sustancia blanca

La sustancia blanca del cerebro es responsable de transmitir rápidamente señales entre las neuronas, lo que permite la comunicación en todo el cerebro y con la médula espinal. Aunque la función principal de la sustancia blanca es manejar el aprendizaje, la memoria, la resolución de problemas y tareas similares, las fibras nerviosas mielinizadas que componen este tejido también están relacionadas con enfermedades como los accidentes cerebrovasculares y la demencia cuando se dañan.
Aprender un segundo idioma ayuda a preservar esta sustancia blanca, especialmente durante la jubilación, ya que su contenido comienza a disminuir rápidamente a partir de los 60 años. Alentar este proceso mediante la estimulación continua de los axones en la sustancia blanca del cerebro puede retrasar tal deterioro y mantener la función cognitiva y la memoria en buen estado.

Comunidad

Una de las ventajas más subestimadas de aprender un idioma durante la jubilación tiene poco que ver con cómo el idioma interactúa con el cerebro. En cambio, quienes hablan varios idiomas en su vejez tienen más probabilidades de desarrollar una comunidad diversa de amistades y conocidos, permaneciendo activos socialmente en una etapa en la que hasta un 25% de los adultos cumplen con los criterios de aislamiento social completo. Dado que mantenerse socialmente conectado también está asociado con el retraso en la aparición de la demencia (a menudo por alrededor de cinco años), aprender un segundo (¡o tercer!) idioma tiene un doble efecto protector.

¿Por qué un segundo idioma?

Con toda la investigación que se ha realizado sobre el estudio de idiomas en adultos mayores, ¿por qué centrarse específicamente en los idiomas? Resulta que pocas actividades estimulan el cerebro de la misma manera que lo hacen los esfuerzos lingüísticos.

Inhibición cognitiva

Uno de los elementos más impactantes del aprendizaje de idiomas que lo hace tan potente es un fenómeno llamado inhibición cognitiva. En otras palabras, cuando una persona habla un idioma en el que no es completamente fluida, debe inhibir su tendencia natural a elegir palabras de su idioma primario o preferido. El esfuerzo mental adicional que se necesita para traducir los pensamientos nativos del cerebro al idioma secundario y eliminar las palabras preferidas de la memoria de trabajo es un tipo de estimulación cerebral continua y a largo plazo que es difícil de lograr de otras maneras.

Consistencia

Otra razón por la cual el multilingüismo beneficia al cerebro durante la jubilación y más allá es que ofrece una exposición mental constante que no requiere herramientas ni elementos de apoyo, lo que lo hace accesible en cualquier momento. Una persona puede tocar un instrumento musical, pero la estimulación mental termina cuando deja de tocar. Sin embargo, alguien que conoce varios idiomas puede ver un perro y hacer que el cerebro piense al mismo tiempo en “perro” y “dog”. Este fenómeno ocurre constantemente a lo largo del día, mientras las personas observan objetos o reflexionan sobre ideas. Estos múltiples factores que permiten al cerebro alternar entre la inhibición del lenguaje y su expresión actúan como un “entrenamiento” continuo para el cerebro.

Sobre del autor
Carrie Ott

Carrie Ott

Carrie Ott es una escritora de negocios multilingüe, editora y entusiasta de la herpetocultura.