Los audiolibros se han convertido en un actor poderoso en el mundo de la participación creativa, y la razón detrás de esto puede cambiar cada vez que usted le pregunte a alguien por qué. Si bien es cierto que la conveniencia moderna, la capacidad de atención, los desafíos de decodificación y otros factores influyen, es importante considerar si la humanidad simplemente está regresando a sus raíces: las tradiciones orales.

Audiolibros: De vuelta a nuestras raíces

Antes de que la escritura fuera un fenómeno generalizado, las culturas de todo el mundo dependían de la palabra hablada para compartir los aspectos más importantes de su existencia. La historia, las parábolas, los relatos de héroes, las tradiciones, los rituales y mucho más existían exclusivamente en forma oral. En este sentido, el auge de los audiolibros es simplemente un regreso a la forma original de la raza humana.

Muchas culturas hoy en día todavía funcionan con un fuerte énfasis (o, en algunos casos, completamente) en la información hablada y la memoria. Muchas regiones del sur de Asia que practican el hinduismo han compartido el Ramayana, la historia de Rama y su travesía para rescatar a su esposa, por mucho más tiempo del que ha existido la versión escrita. De hecho, los historiadores sugieren que la tradición oral del Ramayana, uno de los dos pilares culturales del hinduismo, se transmitió únicamente de forma hablada durante más de mil años antes de que fuera escrito por primera vez.

De manera similar, los pueblos indígenas de las Américas y Australia valoran la historia oral y siguen dependiendo de ella hasta el día de hoy. Los Stó:lō de Columbia Británica, Canadá, comparten importantes enseñanzas orales con sus hijos desde temprana edad, y estas historias nunca se escriben; cuentan cómo quienes se portan mal se convierten en piedra (las mismas formaciones rocosas visibles en todo su territorio), mientras que quienes son virtuosos se transforman en animales u otros recursos honorables. Las culturas aborígenes han preservado la integridad de sus historias durante cientos de años formando grupos de ancianos que narran al mismo tiempo. De esta manera, otros miembros de la tribu actúan como “revisores” para minimizar la distorsión en las historias narradas por diferentes personas a lo largo del tiempo.

En casi cualquier lugar del mundo donde usted mire, encontrará grupos étnicos que aún practican la narración oral. En algunos, las historias se comparten solo con ciertas personas. En otros, únicamente ciertos eventos o épocas del año son los contextos adecuados para compartir una historia específica.

La llegada de la palabra escrita

Basar la sociedad humana en la tradición oral pudo haber tenido consecuencias más significativas de lo que usted imagina. Los grupos de personas estaban limitados a compartir información únicamente con quienes estaban en su círculo; si deseaban comunicarse con alguien lejano, necesitaban hacerlo en persona. Además, esa persona tenía que recordar lo que se dijo, o la información se perdería para siempre.

Ahora, compare cómo el texto escrito transformó la comunicación. Suponga que usted es una persona promedio, de edad media, dentro de un grupo. Todos aprenden, se comunican y crecen de la misma forma. Sin embargo, alguien introduce una versión escrita de su idioma. En poco tiempo, es probable que ocurran algunas cosas:

  1. Algunas personas aprenden a leer y escribir rápidamente, y otras no. Esto le da una ventaja a quienes escriben, creando una forma de estratificación social donde antes no existía.
  2. La comunicación se vuelve posible no solo a distancia, sino también a través del tiempo. Esto puede sacudir los cimientos de cómo una cultura recuerda (y olvida) detalles importantes, para bien o para mal.
  3. Los medios escritos pueden dispersarse, lo que genera el potencial para desarrollar no solo educación sino también propaganda.

Estos son solo los comienzos de las repercusiones culturales derivadas del desarrollo del texto escrito. En muchas culturas, las tradiciones orales y sus funciones esenciales fueron gradualmente absorbidas por la palabra escrita.

¿Son los audiolibros el fin de la lectura?

Dado el creciente auge de los audiolibros, es razonable que la gente se pregunte si simplemente hemos dado la vuelta completa: regresar a nuestras raíces culturales como una sociedad oral. Si bien el cambio puede no ser tan profundo, la realidad es que los audiolibros están aquí para quedarse—y existe una razón por la que las historias orales siempre han tenido un lugar especial en el corazón de muchas personas.

Sin embargo, es poco probable que los medios físicos desaparezcan ante la ola de los audiolibros. Ya sea porque cierta información solo puede transmitirse mediante la impresión, o porque algunas personas siempre preferirán el olor de las páginas recién impresas, la lectura seguirá siendo una habilidad esencial durante muchos años.

Como veremos la próxima vez, hay mucho que decir sobre la manera en que los audiolibros activan las áreas del cerebro que normalmente se encargan de la lectura de medios impresos. Si a usted le cuesta concentrarse al escuchar una historia, podría haber una razón; de igual forma, si la palabra impresa lo abruma, eso también es bastante normal. Los audiolibros no son el fin de la lectura—son solo otra forma.

Sobre del autor
Carrie Ott

Carrie Ott

Carrie Ott es una escritora de negocios multilingüe, editora y entusiasta de la herpetocultura.