Hay algo curioso sobre la cultura pop: entre más efímera parece, más duradero suele ser su impacto. Y quizá en ningún lugar se nota más que en las palabras que deben su origen a los éxitos que encabezan las listas de Billboard. Puede que lo olvidemos, pero varias de las palabras que usamos hoy comenzaron en una hoja de letras dentro de un estudio a punto de lanzar un gran éxito.

Tome la palabra ‘stan’, por ejemplo. Comenzó como el título de una canción de Eminem en el año 2000. Sin embargo, con las décadas evolucionó hasta convertirse en parte del léxico del inglés. ‘Stannear’ a alguien ahora significa apoyarlo o admirarlo con fervor, muchas veces hasta el punto de la devoción. Es tan común que el Oxford English Dictionary añadió formalmente el verbo en 2017.

El poder lingüístico de las letras

Los músicos no son solo artistas, también son influenciadores culturales y lingüistas accidentales. Con un alcance masivo y con sus canciones sonando a diario en los oídos de los oyentes, estas se convierten en vehículos poderosos para insertar nuevas frases e ideas en la conciencia pública.

Este no es un fenómeno nuevo. Elvis Presley popularizó jerga en los años cincuenta. The Beatles ayudaron a difundir modismos británicos en los años sesenta. Pero la era del hip hop y el pop global ha acelerado la transferencia de términos de las letras a los diccionarios.

Considere ‘bling’. La palabra, usada para describir joyería llamativa, ganó fuerza a finales de los noventa gracias a la música de raperos como B.G. y Lil Wayne. Rápidamente trascendió la subcultura, apareciendo en revistas de moda, programas de televisión y, finalmente, diccionarios. Hoy en día se entiende en todo el mundo angloparlante, incluso entre personas que nunca han escuchado un álbum de rap.

‘Yeezy’ es otro término notable. Al inicio era un apodo para Kanye West, después una marca, y eventualmente un término que simboliza cierta estética en la moda y la música. Aunque es menos probable que se use como verbo como ‘stan’, su peso cultural es innegable.

Cuando la música entra al diccionario

El Oxford English Dictionary ha incorporado de manera constante términos originados en la música, reflejando la naturaleza viva y cambiante del lenguaje. Palabras como ‘bootylicious’ (popularizada por Destiny’s Child), ‘twerk’ (asociada con artistas como Miley Cyrus y la escena del hip hop), e incluso ‘grunge’ (como género y estética) muestran cómo movimientos enteros pueden convertirse en categorías lingüísticas.

Las canciones no solo brindan entretenimiento, también se convierten en puntos de referencia para la identidad, la emoción, el estilo e incluso la moralidad. Y al hacerlo, suministran el vocabulario para expresar estas ideas.

Más allá de las fronteras: exportaciones lingüísticas globales

Este fenómeno no está limitado al inglés. En todo el mundo, la música ha moldeado la jerga local y la ha exportado globalmente. Considere:

  • K-pop: Términos como ‘aegyo’ (comportamiento tierno) se han difundido a través de comunidades de fans hacia la jerga juvenil global. Aunque antes solo se usaban en coreano, ahora forman parte del léxico de los seguidores en todo el mundo, sin importar su idioma nativo.
  • Reguetón: Canciones de artistas como Daddy Yankee y Bad Bunny han ayudado a popularizar palabras como ‘perreo’ (un estilo de baile asociado con el reguetón) y ‘mami’ o ‘papi’ (términos de cariño o coqueteo) a través de idiomas y fronteras.
  • Afrobeats: Expresiones del pidgin inglés nigeriano, como ‘wahala’ (problema) o ‘gbese’ (deuda o vergüenza social), han llegado a la escena musical global gracias a artistas como Burna Boy y Wizkid. Hoy en día son comunes entre fans en África, el Reino Unido y más allá.

En cada caso, lo que comienza como jerga regional o de nicho se vuelve global a través del megáfono de la música.

Del escenario a la calle

Una razón por la cual las palabras derivadas de la música cobran fuerza es porque vienen acompañadas de un ritmo. Hay algo memorable en una letra pegajosa que facilita que los nuevos términos se fijen. Y una vez que una palabra o frase se convierte en parte de una identidad, ya sea de fandom, moda o redes sociales, la gente la adopta y replica para mostrar pertenencia.

También ayuda que muchas de estas palabras capturen sentimientos o experiencias que antes carecían de una expresión sencilla. ‘Stan’, por ejemplo, da voz a toda una categoría de admiración intensa que no encajaba del todo bajo ‘fan’. De manera similar, ‘bootylicious’ adoptó un tono coqueto y positivo hacia el cuerpo que ayudó a redefinir la feminidad y la belleza.

La música, entonces, no solo refleja valores culturales. También los moldea activamente, dándonos las herramientas para expresar normas, identidades e ideas en transformación.

El futuro de la lingüística musical

Con las plataformas de redes sociales acelerando la difusión de fragmentos de audio, la jerga de las canciones se propaga más rápido que nunca. Una sola frase en una canción viral de TikTok puede acuñar una expresión que entra en el vocabulario cotidiano en cuestión de semanas. Y con herramientas de traducción, comunidades de fans multilingües y colaboraciones internacionales, las fronteras lingüísticas entre culturas se están difuminando.

Es un momento emocionante para la evolución del lenguaje. No solo estamos escuchando música, también la estamos hablando.

Así que la próxima vez que escuche una canción nueva y se sorprenda repitiendo una frase peculiar de su coro, tome nota. Podría estar aprendiendo una palabra que algún día aparecerá en el diccionario.

Sobre del autor
Prateek J

Prateek J

Prateek es un escritor independiente con formación académica en ciencias de la información e ingeniería. Tiene un gran interés en el campo de la semiótica y disfruta del teatro, la poesía y la música.