¿Por qué estudiar juntos la música y el habla?

Los investigadores se han preguntado durante mucho tiempo cómo ha evolucionado el lenguaje humano hasta llegar al estado en el que se encuentra actualmente, y pocos se han planteado cómo la música de una cultura puede proporcionar también información sobre su lenguaje. La música y el habla están intrínsecamente ligados, como medio de comunicación y como forma de expresión personal. Por ello, los investigadores plantearon que descubrir las similitudes (y diferencias) entre el habla y la música, tanto dentro de una misma lengua como entre lenguas, podría ayudar a comprender mejor cómo surgió el lenguaje.

Cómo se realizó el estudio

El estudio profundiza en las raíces del lenguaje y la canción multiculturales. Decenas de investigadores de culturas de todo el mundo realizaron cuatro grabaciones:

  • Uno de ellos cantando una canción tradicional de su cultura
  • Uno de ellos recitando la letra de esa canción
  • Uno de ellos describe verbalmente el significado de la canción
  • Uno de una versión instrumental de la canción sin letra

A continuación, los investigadores midieron múltiples factores en estas grabaciones:

  • Altura de tono [frecuencia fundamental]
  • Ritmo temporal, es decir, la duración de las pausas entre sonidos y la rapidez con la que se pronunciaba el idioma
  • Estabilidad del tono
  • Brillantez del timbre
  • Tamaño del intervalo de tono
  • Declinación de tono

Una vez reunidos estos elementos, los investigadores profundizaron considerando:

  • Regularidad rítmica
  • Longitud de la frase (duración entre dos respiraciones/interrupciones)
  • Regularidad del intervalo de tono
  • Gama de tonos
  • Intensidad
  • Claridad de pulso
  • Ruido tímbrico

Bloqueos y soluciones

Por supuesto, medir el lenguaje es una tarea ardua, y esta investigación se enfrentó a numerosos retos. Por un lado, sólo el 85% de los participantes que proporcionaron muestras lingüísticas eran hablantes nativos de la lengua presentada. Este posible factor de confusión complicaba las cosas al introducir incertidumbre: ¿podrían los hablantes no nativos reproducir el sonido auténtico de una lengua?

Además, no todos produjeron el mismo contenido. Los hablantes de Te Reo Māori y Cherokee presentaron las descripciones de sus canciones en inglés en lugar de en su lengua materna. Los investigadores pudieron seguir utilizando algunos de sus datos, pero estas lenguas contribuyeron menos que otras al corpus general debido a esta falta de datos.

Otro obstáculo, que los investigadores pudieron resolver, era la diferencia entre las vocalizaciones femeninas y masculinas. Al reclutar hablantes de cohortes masculinas y femeninas a un ritmo casi parejo (41 a 34, respectivamente), los datos eran funcionalmente diversos. Gracias a este paso adicional, los investigadores pudieron descubrir que no había más diferencia que la altura del tono, algo natural dado el tono más bajo de las voces masculinas y el tono más alto de las femeninas.

Lo que descubrieron los investigadores

Gracias a la profundidad de sus esfuerzos, los investigadores descubrieron algunas ideas fascinantes sobre el funcionamiento del lenguaje. En general, las canciones eran más agudas por un margen significativo y presentaban un ritmo temporal más lento con un tono más estabilizado. En otras palabras, las canciones eran muy coherentes y tendían a ser más lentas y predecibles que el habla, no sólo dentro de una misma lengua, sino en todas las lenguas de la muestra.

Por el contrario, el lenguaje hablado tiende a ser más rápido y varía más sustancialmente en su tono. Tanto el lenguaje hablado como el cantado se mantuvieron aproximadamente iguales en cuanto a brillo tímbrico y tamaño del intervalo de tono.

Aunque toda esta información es intrigante, ¿qué significa? Aunque se podrían extraer muchas conclusiones de los resultados de este trabajo, el resultado global es que los lingüistas tienen ahora más pruebas que nunca de que existe una relación «universal» entre la música y el habla, independientemente de la cultura o el hablante. Dicho de otro modo, parece que el lenguaje humano ha evolucionado de tal manera que culturas que no tenían contacto entre sí han desarrollado las mismas tendencias lingüísticas y musicales.

Los investigadores sugieren múltiples razones posibles para esta evolución. Por ejemplo, teorizan que quizá la música sea más estable y lenta porque fomenta la sincronización (con instrumentos, con otros cantantes, etc.) y, por tanto, se beneficia de la previsibilidad y el ritmo ordenado. Por el contrario, el lenguaje hablado, que en el día a día puede transmitir una variedad imposiblemente grande de información, requiere una mayor variabilidad para encapsular la emoción y el contexto.

Independientemente de que pueda identificarse una causa única para el desarrollo uniforme tanto del lenguaje como de la música a lo largo de la historia y la cultura, una verdad permanece: los lingüistas están ahora más cerca que nunca de comprender cómo se desarrolló el lenguaje humano.

Sobre del autor
Carrie Ott

Carrie Ott

Carrie Ott es una escritora de negocios multilingüe, editora y entusiasta de la herpetocultura.