Historia de las actitudes negativas hacia el bilingüismo
En el pasado, ha habido preocupación sobre si los niños con padres bilingües o multilingües deberían o no aprender sólo una lengua, o ambas. El idioma que podrían aprender normalmente vendría dictado por el país en el que se encuentra la familia, y qué idioma tiene más beneficios sociales y económicos. Por ejemplo, estando en Estados Unidos, un niño debe hablar inglés para encajar y, eventualmente, mantenerse.[1] Tan recientemente como en 2017 se ha informado de que el 84,1% de los inmigrantes en Estados Unidos, no hablan inglés como primera lengua. A pesar de esta realidad, también se ha demostrado que los hijos de estos inmigrantes a menudo no siguen hablando su lengua materna.[2]
La historia de esta actitud se remonta en gran parte a los acalorados debates del siglo XX. De hecho, en 1983, se publicó un artículo en el que se afirmaba que casi ninguna otra faceta de la educación había despertado una controversia tan apasionada, como la educación bilingüe. En 1977, se realizó un estudio que arrojó resultados que supuestamente demostraban que la educación bilingüe no ayudaba a los alumnos y, en algunos casos, incluso les perjudicaba. Este estudio fue posteriormente desacreditado y criticado por sus métodos. Sin embargo, dejó una impresión negativa duradera en la mente de muchos estadounidenses en lo que respecta al bilingüismo. [3]
Aunque diversos estudios han demostrado que el bilingüismo es beneficioso para los niños desde su nacimiento, es fácil comprender las preocupaciones de sus padres. Como padre, usted quiere que su hijo sea capaz de hablarle lo antes posible, de expresar sus necesidades y su personalidad con claridad. Los padres quieren desarrollar un vínculo con sus hijos y el lenguaje es una de las herramientas más importantes que las familias utilizan para ello. La preocupación por confundir a los niños, desfavorecerlos o inhibir su desarrollo social motiva a los padres a veces a no enseñar a sus hijos las dos lenguas de su hogar.
La ciencia del bilingüismo
Una vez apuntadas estas preocupaciones y su origen, hay que reconocer que esta actitud puede estar justificada, pero la evidencia científica favorece decisivamente los beneficios del bilingüismo para los niños. Para los niños con padres bilingües, la forma más obvia de implementar el aprendizaje bilingüe es que los padres enseñen a sus hijos en casa. Esto se debe a que, cuando un niño es pequeño, tiene una capacidad innata para comprender y adquirir idiomas con mayor facilidad. Las investigaciones no son del todo concluyentes sobre la edad exacta a la que el aprendizaje de idiomas empieza a ser más difícil para los seres humanos. Sin embargo, el consenso general es básicamente éste: cuanto antes, mejor.[4]
Estrategias comunes
La situación más habitual en la que se educa a un niño bilingüe es cuando sus padres hablan dos idiomas distintos. En este caso, los padres suelen utilizar un método conocido como «Una persona, un idioma», por el que cada progenitor habla al niño en el idioma en el que se siente más cómodo. A veces, este método también se denomina «Un progenitor, un idioma».[5] Sin embargo, se trata de una denominación un tanto errónea, ya que podría tratarse de un abuelo o cualquier otro cuidador que esté presente regularmente en la vida del niño. Este es el método más común para enseñar a un niño los dos idiomas.
Cuando se utiliza el método «Una persona, una lengua», la primera clave es implicar realmente al niño. No basta con que el niño oiga la lengua que se utiliza a su alrededor. Hay que exigirle algo, hay que pedirle que utilice la lengua.
La otra contingencia que determina la posibilidad de éxito de este enfoque es simplemente la cantidad de tiempo que se pasa hablando con el niño. Hay que hablarle a menudo en las dos lenguas. Esto tiene sentido si se tiene en cuenta que la única fuente de la lengua meta puede ser una madre, un padre, un abuelo, etc. Así que, suponiendo que uno de los padres hable la lengua meta, mientras que el otro hable la lengua dominante de la cultura circundante, el niño necesita oír la lengua meta muy a menudo. Es muy sencillo: cuanto menos oiga y utilice la lengua, menos probabilidades tendrá de aprenderla. Cuanto más la oiga y la utilice, más probabilidades tendrá de convertirse en un verdadero nativo.[6]
Complicaciones y soluciones
Este sencillo escenario sin embargo no siempre es la realidad. Las familias son complicadas y enseñar dos idiomas a un niño puede ser sencillo o complicado dependiendo de la situación familiar.
A veces hay complicaciones de las que muchos padres han tomado nota al contar su historia. Una madre anglófona que simplemente se hace llamar «Felicity», tiene un marido francófono que trabajaba 5 días a la semana mientras ella criaba a sus hijos. Deseosa de que sus hijos hablaran inglés y francés, Felicity decidió no dejar que la carga del francés recayera únicamente en su marido. Se comunicaba por teléfono con los abuelos francófonos de sus hijos, hacía carteles en francés y alternaba el francés y el inglés cuando hablaba con ellos.[7]
Actitud hacia la lengua
A medida que los niños crecen, hay factores que contribuyen a que el niño no aprenda una lengua que considera menos importante. En otras palabras, el niño es un ser humano con voluntad propia. Este hecho se hace evidente cuando los padres intentan poner en práctica ambas lenguas, pero el niño sabe que el progenitor que habla la lengua no dominante es capaz de hablar la dominante.
Por ejemplo, a medida que un niño que aprende ambas lenguas avanza hacia la adolescencia, puede ver la lengua meta como algo que le hace diferente o «raro». Su actitud hacia la lengua pasa a ser tan importante como la propia lengua. Si un niño desarrolla esta mentalidad, puede rebelarse contra la lengua meta.[8] Estas razones para la rebelión a veces van más allá de simples sentimientos de rareza en lo que respecta a la lengua meta. Existe la posibilidad de que la lengua meta tenga connotaciones nacionales, religiosas o políticas que el niño desea evitar.[9]
Como es lógico, las connotaciones emocionales que un niño asocia a una lengua pesarán sin duda en su deseo de aprenderla. Por eso es importante que los padres eviten crear un entorno en el que la lengua meta se perciba negativamente. Asegúrese de no regañar a un niño por hablarle en una lengua distinta de la que está intentando que aprenda.[10]
Además, trate de recordar que la mezcla de idiomas es normal dentro de una conversación. Si un niño cambia de un idioma a otro de una frase a otra, no significa que no pueda reconocer la diferencia entre ambos. Es normal, y simplemente significa que el niño está utilizando las herramientas lingüísticas de las que dispone para comunicar sus necesidades.[11] Felicity, mencionada anteriormente, afirma que fomentar un entorno de juego es una forma de garantizar que en su familia se construyan actitudes positivas hacia el aprendizaje de idiomas. Da ejemplos de «cambio de código» como forma de diversión en su casa. Continúa animando a los padres a no ser prisioneros de su propio deseo de tener hijos bilingües. Básicamente, hay que tener una mentalidad abierta sobre el aprendizaje de idiomas. Utilízalo a tu favor para crear un ambiente de amor y diversión.[12]
Herramientas prácticas para el bilingüismo
Serina Wang, una madre con experiencia en criar a sus propios hijos como bilingües, entrevista a otro padre llamado Hyunwoo Sun, que también crió a sus hijos como bilingües. Como padres que hablan varios idiomas, hablan de consejos prácticos para enseñar dos lenguas. En su caso, los idiomas que enseñan simultáneamente son el inglés y el coreano, pero estos consejos podrían aplicarse a dos idiomas cualesquiera.[13]
Lo primero que Wang y Sun se aseguran de decir es que los padres no deben mezclar idiomas a mitad de frase. Esto se debe principalmente a que lo más probable es que los dos idiomas no compartan la misma estructura gramatical. En segundo lugar, Hyunwoo Sun cuenta su experiencia como estudiante de inglés. Dice que el hecho de que un padre no hable perfectamente una lengua meta no significa que no deba hablársela a su hijo. Al hablar el idioma a su hijo, usted mismo mejorará. Este punto se hace eco de los sentimientos anteriores de Felicity de no permitir que los sistemas que has establecido o las actitudes negativas hacia una lengua en tu familia te atrapen como padre. En tercer lugar, Hyunwoo insiste en la importancia de empezar pronto. Dice que hay que «perseverar y mantenerse firme», incluso cuando el niño sólo parece un bebé balbuceante. De nuevo, estos primeros años son importantes. Los niños están aprendiendo aunque no den muestras inmediatas de ello. Otro consejo sencillo y potencialmente difícil que Wang y Sun dan a los padres es que no terminen la frase por su hijo cuando le cueste pensar en una palabra. Permítales que se esfuercen por comunicarse solos. Otro aspecto importante para que su hijo aprenda una lengua meta es crear una comunidad de amigos y seres queridos, además de los dos padres, para que el niño practique. Los estudios han demostrado que los niños pequeños pueden incluso aprender un idioma sin ayuda de sus padres mediante la exposición a una comunidad, por lo que es importante rodear a los niños de una comunidad que hable la lengua meta.[14]
Es imposible afirmar que exista una única forma de criar a un niño bilingüe. Aquí hemos analizado múltiples estudios y relatos de primera mano de padres que intentan criar a niños bilingües. Estos padres tienen diferentes métodos que se adaptan a su situación. Sin embargo, hay algunas cosas que parecen estar claras y que se pueden resumir de forma sencilla.
- Habla a tu hijo en los dos idiomas lo antes posible.
- Habla a tu hijo en los dos idiomas lo antes posible.
- Habla a tu hijo en ambos idiomas tan a menudo como sea posible.
- Habla a tu hijo en ambos idiomas tan a menudo como sea posible.
- Haga lo que funcione para su familia
- Rodee a su hijo de una comunidad que hable la lengua meta
- Asegúrate de que el entorno de aprendizaje sea cariñoso y divertido.
La forma en que los padres y las familias decidan poner en práctica estos principios depende de ellos. La ciencia ha demostrado que hablar a los niños a menudo y desde pequeños es una forma segura de que aprendan, pero esa realidad puede adoptar múltiples formas. Lo importante es recordar que el bilingüismo es beneficioso para tu hijo y que le enseñas dos idiomas por amor a él, para ayudarle y asegurar su éxito.
- [1] https://austin.thinkbilingual.org/the-short-sighted-fear-driving-english-only-for-young-children/
- [2] https://files.eric.ed.gov/fulltext/ED581470.pdf
- [3] Diaz, R. M. (1983). Thought and Two Languages: The Impact of Bilingualism on Cognitive Development. Review of Research in Education, 10, 23–54. https://doi.org/10.2307/1167134
- [4]https://www.scientificamerican.com/article/at-what-age-does-our-ability-to-learn-a-new-language-like-a-native-speaker-disappear.
- [5]https://lorenaylennox.com/one-person-one-language/
- [6] https://lorenaylennox.com/one-person-one-language/
- [7] https://www.minilanguagesforkids.com/blog/why-we-do-not-use-opol-one-parent-one-language/
- [8]https://abcsources.wordpress.com/2013/11/25/bilingual-binds-methods-of-raising-children-to-speak-two-languages/
- [9] Diaz, R. M. (1983). Thought and Two Languages: The Impact of Bilingualism on Cognitive Development. Review of Research in Education, 10, 23–54. https://doi.org/10.2307/1167134
- [10]https://www.linguisticsociety.org/resource/faq-raising-bilingual-children.
- [11] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6168212/
- [12] https://www.minilanguagesforkids.com/blog/why-we-do-not-use-opol-one-parent-one-language/
- [13] https://www.youtube.com/watch?v=ODr9BT5qCSA&t=64s
- [14] https://qz.com/600251/toddlers-can-learn-language-without-any-help-from-their-parents/