¿Pueden los adultos aprender un segundo idioma?
La respuesta es sí: los adultos pueden (y deben) aprender más de un idioma. La idea de que un estudiante es más receptivo a la información a una edad temprana, y que el cerebro se endurece contra el aprendizaje de nueva información más tarde, es en gran parte un mito. Lo que ocurre en realidad es que los adultos abandonan entornos como las escuelas, donde se ven obligados a sumergirse en la educación durante horas todos los días.
Para los futuros estudiantes de idiomas de cualquier edad, hay tres factores principales que influyen en el éxito del aprendizaje de una segunda lengua: la inmersión, el uso y el interés. El Instituto del Servicio Exterior señala que los estudiantes adultos pueden aprender lenguas afines a la suya en tan sólo 24 semanas, mientras que los idiomas complejos con poco parecido a su lengua materna tardan más, en torno a 44 semanas. Sin embargo, para ello, los adultos deben sumergirse en entornos en los que tengan oportunidades regulares de utilizar el idioma.
Después, como es lógico, deben utilizarla realmente. Es esencial estar dispuesto a participar activamente a pesar del miedo a equivocarse. Por último, los adultos que están realmente interesados en la lengua que aprenden obtienen mejores resultados.
Mientras que los estudiantes jóvenes tienen la ventaja de la inmersión forzosa, de los intereses en juego en forma de notas y de un cerebro ya preparado para aprender durante varias horas al día, los adultos tienen ventaja en otros aspectos. Conocen sus propios hábitos y comportamientos, lo que les permite crear un conjunto más eficaz de prácticas de estudio que saben que les funcionan. También son más comedidos, capaces de sopesar las ventajas del aprendizaje con el posible aburrimiento o desafío al que se enfrentan.
El cerebro adulto ante el lenguaje
Los científicos llevan mucho tiempo fascinados con los cambios biológicos que se producen en el cerebro de alguien que ha aprendido (o incluso estudiado) una segunda lengua. Los efectos, observados tanto en niños como en adultos, tienen repercusiones de por vida en la función cerebral.
Materia gris
La materia gris del cerebro está formada por neuronas y dendritas, los receptores eléctricos que aceptan las señales del cerebro. En las personas bilingües, la materia gris del cerebro es más densa; en otras palabras, tienen más neuronas. Esto, a su vez, permite un procesamiento más rápido en el cerebro. Las personas con más materia gris tienden a tener mejor memoria, un procesamiento mental más rápido e incluso un bienestar físico continuado, ya que el cuerpo depende de la materia gris para comunicar las señales de movimiento.
Materia blanca
La materia blanca está formada por tejido nervioso que conecta los distintos hemisferios del cerebro. Los adultos con experiencia en varios idiomas tienen una mayor integridad en su materia blanca, lo que mejora la capacidad de resolución de problemas, la concentración e incluso la capacidad de mantenerse estable al caminar.
Por qué aprender un segundo idioma a cualquier edad
Los adultos no deben renunciar a aprender un segundo idioma solo porque hayan dejado la escuela. De hecho, no hay mejor momento que ahora para empezar gracias a la creciente accesibilidad de herramientas online que ayudan en el aprendizaje. Desde aplicaciones para aprender idiomas como Duolingo hasta recursos de estudio para controlar el tiempo, crear fichas y mucho más, un segundo idioma nunca ha estado tan al alcance de la mano.
Por supuesto, los adultos tienen muchas otras responsabilidades de las que los niños están libres durante su educación. Antes de decidir que el compromiso de tiempo de aprender un segundo idioma es demasiado grande, considere que sólo cinco horas de estudio cada semana se correlacionan con los cambios cerebrales señalados anteriormente.
Algunos de los muchos beneficios que los estudiantes adultos pueden disfrutar al comprometerse a estudiar una segunda lengua incluyen:
- Aumento de la memoria – Quienes estudian una segunda lengua tienden a mejorar su capacidad de memoria gracias al aumento de materia gris en el cerebro. Los estudios demuestran que este efecto es protector contra la demencia más adelante en la vida.
- Concentración – Gracias al aumento de la materia blanca por el aprendizaje de idiomas, los adultos pueden disfrutar de una mayor concentración y enfoque. This helps not just with language learning, but with other tasks such as responsibilities at work and greater safety when driving.
- Oportunidades sociales – ¡Aprender un segundo idioma es bueno para algo más que el cerebro! Los adultos que saben más de un idioma, incluso a un nivel principiante o intermedio, pueden encontrar un mayor acceso a oportunidades culturales, grupos de amigos, gastronomía y mucho más. Las personas pueden ampliar sus horizontes y encontrar nuevos y emocionantes roles sociales abrazando una segunda lengua.
- Pensamiento flexible – Un cerebro que ha aprendido más de un idioma es un cerebro más capaz de adaptarse en comparación con los pensadores monolingües. Es más probable que los estudiantes de un segundo idioma sean capaces de abordar los problemas de forma creativa. Además, pueden llegar a ser más empáticos, ya que la ciencia correlaciona hablar en un segundo idioma con ser capaz de ver la perspectiva de cada interlocutor desde la distancia.
Cada estudiante adulto es diferente, y lo que a una persona le lleva un año aprender puede ser un esfuerzo de varios años para otra. Lo que es importante recordar sobre el aprendizaje de una segunda lengua como adulto es que realmente se trata del viaje más que del destino. Aprender a tu propio ritmo no sólo mejora gradualmente tu capacidad lingüística, sino que también aporta beneficios cerebrales, incluso con unas pocas horas de estudio a la semana.