«Yo no enseño. Dejo que aprendan». Esta cita del legendario educador y matemático Caleb Gattegno resume su filosofía educativa de promover la independencia del alumno. Gattegno creía que no se podía enseñar de verdad obligando a los alumnos a aprender cosas que no entendían y, lo que es peor, que no querían entender. El Silent Way de la enseñanza de lenguas extranjeras pretende silenciar al profesor para que sea el alumno quien controle su aprendizaje.
La cita en sí suena excelente, pero ¿se trata de otro cliché de profesor como «No les des lecciones. Escúchales» o «No les castigues. Recompénselos»? Los detractores del Silent Way, especialmente en su aplicación al aprendizaje de lenguas extranjeras, sin duda creen que sí, y el método en sí ha caído en desgracia en los últimos años. Aquí veremos en qué se equivocó (y en qué acertó) y qué se puede extraer de este método para crear un programa eficaz de lenguas extranjeras.
Barras de cocina
Estos bloques de colores brillantes son una parte integral del método de Gattegno, y tener que comprarlos o construirlos es el primer impedimento para implementar fácilmente esta estrategia. Estas varillas son similares a las varillas numéricas que antes eran habituales en las clases de matemáticas para enseñar las unidades y la suma/resta, en las que un bloque blanco de 1 cm equivalía a 1, un bloque rojo de 2 cm equivalía a 2, y así sucesivamente. Los alumnos veían que conectando dos bloques blancos se obtenía la misma longitud que con un bloque rojo, o que 1+1=2.
En las clases de idiomas, el planteamiento varía ligeramente, ya que a las varillas Cuisenaire no se les asignan valores numéricos, sino diferentes conceptos lingüísticos. Por ejemplo, los bloques blancos pueden representar el sujeto de una frase, los rojos un predicado y los verdes la puntuación final. También pueden utilizarse en niveles superiores, donde un bloque morado puede denotar un adjetivo, un bloque negro un adverbio, etc. Los alumnos leen o escuchan una frase y, a continuación, la esquematizan colocando los bloques en los lugares adecuados.
Los objetivos de The Silent Way
Además del uso de las varillas Cuisenaire, esta metodología de enseñanza también hace hincapié en que el profesor hable muy poco (de ahí su nombre), en que los alumnos trabajen en grupo e interactúen mucho, en la gramática y en la pronunciación correcta. Este último punto puede parecer contraintuitivo, dado que el profesor está muy callado, pero el método Silent Way se basa en gran medida en la retroalimentación de los compañeros y la autocorrección para una pronunciación correcta.
Lección típica
4º curso de inglés para hablantes nativos de griego
Tema: El tiempo verbal presente simple
- Instrucción gramatical
El profesor utiliza ayudas visuales y habla limitada para presentar la estructura básica del presente de un Sujeto + Verbo terminado en -s.
2. Demostración silenciosa del profesor
El profesor escribe ahora en la pizarra una frase básica, pero completa, de 2 palabras. Por ejemplo, puede escribir «Papá canta». Debajo de la palabra «papá», coloca un bloque blanco para representar que es el sujeto, y debajo de la palabra «canta», coloca un bloque rojo para representar que es el presente de un verbo. Repite esto con frases como «Mamá corre» y «El abuelo cocina».
- Barras de cocina
En parejas, los alumnos crean sus propias frases sencillas, representando cada palabra con la varilla del color adecuado. Trabajan para corregirse unos a otros si una frase es incorrecta.
- Revisión en grupo
El profesor va por la clase pidiendo ejemplos de frases hechas por los alumnos en presente.
- Juego de las carambolas
Siguiendo el mismo formato de presente simple, los alumnos representan diferentes frases básicas, como «El bebé llora.»
El papel del profesor
El instructor debe tener aquí una presencia casi invisible, exponiendo las pistas necesarias, pero dejando que los alumnos resuelvan todos los problemas por sí mismos. La instrucción verbal debe reducirse sólo a los momentos más esenciales. El profesor también debe tener todos los materiales y bloques de colores listos para usar, y un programa de actividades enérgico para que los alumnos se mantengan concentrados.
Positivos
- Es casi seguro que los alumnos disfrutarán utilizando las varillas Cuisenaire. Este tipo de actividades prácticas van muy bien con alumnos de todas las edades.
- Los alumnos ganan autonomía al participar en un proceso de autodescubrimiento del aprendizaje de la lengua, en lugar de sentarse en silencio mientras el profesor les da la lata.
- Las varillas Cuisenaire de colores pueden ser valiosas a la hora de enseñar conceptos gramaticales específicos, terminaciones verbales, etc.
Negativos
- Los alumnos pueden disfrutar al principio de no tener que escuchar las constantes charlas del profesor, pero pueden sentirse confusos y frustrados si no entienden lo que tienen que hacer.
- El uso de las varillas Cuisenaire puede resultar demasiado abstracto para algunos temas o alumnos más jóvenes. No todo requiere una representación conceptual.
- Sin la intervención del profesor, el supuesto objetivo de una correcta pronunciación puede ser muy difícil de alcanzar.
- Hay una falta de aplicación al mundo real. Incluso si los alumnos descifran lo que se espera que hagan con los bloques de colores, es posible que la lección no se traslade a situaciones de la vida real.
Pensamientos finales
Caleb Gattegno es un reconocido y respetado educador e innovador, pero el Silent Way se queda corto en varias áreas y ahora se utiliza muy poco. Aunque siempre hay que promover los conceptos de autonomía e independencia del alumno, este método da a la mayoría de los educadores y alumnos la impresión de ser una técnica que funciona bien para los conceptos matemáticos, pero que se introdujo a la fuerza en el aprendizaje de lenguas extranjeras. Los Cuisenaire Rods pueden ser útiles en ocasiones especiales, pero confiar en el Silent Way como metodología integral de aprendizaje de idiomas es una receta para el desastre.