El debate sobre qué es una lengua y qué es un dialecto puede parecer una cuestión lingüística más apropiada para los salones del mundo académico, pero en realidad la distinción tiene implicaciones de gran alcance en el mundo real que pueden afectar al bienestar de millones de personas en todo el mundo. Algo tan fluido y nebuloso como la lengua es difícil de clasificar, y los lingüistas, investigadores y políticos han luchado con este tema en particular durante siglos.
En términos generales, un dialecto es una variante que utilizan determinados hablantes de una lengua. El inglés es una lengua. El inglés australiano, el inglés sudafricano y el inglés británico son algunos de sus dialectos. Parece fácil. ¿Por qué es tan importante esta distinción? Antes de profundizar en las diferencias reales y por qué importan, veamos un caso hipotético para tener una perspectiva general.
2017. París, Francia.
Un grupo de familias de refugiados de la República Democrática del Congo llega a Francia en busca de refugio. Los padres, que buscan asimilarse, matriculan a sus hijos en la escuela local. El consejo escolar les da la bienvenida y decide que, puesto que proceden de un país francófono de África y todos los niños hablan lingala, un dialecto francés, los niños pueden asistir a clases regulares con otros alumnos franceses. Los alumnos más jóvenes consideran que el francés que se habla en la escuela es casi incomprensible. Los niños permanecen mudos en la escuela y se quedan rápidamente rezagados con respecto a sus compañeros. Algunos de los mayores se frustran al cabo de unos meses y abandonan los estudios para buscar trabajo.
Ahora imaginemos que el consejo escolar hubiera determinado que el lingala no es un dialecto del francés. Dictaminan que, de hecho, es una lengua diferente, y los nuevos alumnos reciben el mismo trato que los hablantes nativos de ruso o vietnamita. Ahora los alumnos reciben clases especiales de francés intensivo para ayudarles a ponerse al nivel de sus compañeros. Sin embargo, para dar cabida a todas estas clases adicionales de francés y al plan de estudios individualizado, hay que hacer recortes presupuestarios. Se cancela la renovación de la sala de ordenadores, se suprimen materiales didácticos en preescolar y algunos padres están muy, muy descontentos.
Las dificultades a ambos lados del ejemplo anterior son evidentes, y dejan entrever sólo algunos de los problemas que pueden surgir al intentar distinguir entre una lengua y un dialecto. Al igual que ocurre con la cuestión de la educación de los refugiados, no hay respuestas fáciles a lo que diferencia una lengua de un dialecto. De hecho, los lingüistas sólo están de acuerdo en que existe una importante zona gris entre ambos y en que es imposible establecer reglas rígidas y rápidas que clasifiquen todas las lenguas y dialectos. Si bien existe un desacuerdo significativo, hay cuatro áreas principales que la gente generalmente considera al tratar de hacer una determinación.
Cuatro criterios para distinguir entre una lengua y un dialecto
1. Inteligibilidad mutua
Un hispanohablante de México y un hispanohablante de España pueden comunicarse entre sí con dificultades limitadas, por lo que se dice que existe inteligibilidad mutua entre esos dos dialectos. Las destrezas necesarias para leer, hablar y escuchar son prácticamente intercambiables, y sólo hay que tener en cuenta pequeñas peculiaridades y variaciones de acento. En el caso de otras lenguas o dialectos, esta distinción no basta por sí sola. Por ejemplo, los hablantes de chino mandarín y chino cantonés no suelen entenderse entre sí sin una exposición o aprendizaje significativos, pero siguen considerándose dialectos diferentes en lugar de lenguas diferentes.
2. Características lingüísticas
Dos variantes lingüísticas que comparten un sistema de escritura, una estructura gramatical y un vocabulario similares tienen muchas más probabilidades de ser consideradas dialectos que lenguas separadas. Sin embargo, esto tampoco es infalible, ya que los hablantes de una lengua a veces pueden leer y entender textos en una lengua diferente. Los hispanohablantes, por ejemplo, a menudo pueden leer y hacerse una idea general de algunos italianos, portugueses y otras lenguas románicas, aunque pocos intentarían argumentar que el español y el italiano son la misma lengua.
3. Factores sociopolíticos
A veces, una razón importante por la que dos lenguas se consideran lenguas diferentes es porque sus hablantes simplemente no quieren que sean la misma lengua. Un grupo puede no querer estar tan estrechamente asociado a otro por cuestiones religiosas o culturales, o simplemente porque valora su independencia o su identidad nacional o regional. Por ejemplo, el serbio, el croata y el bosnio comparten un alto nivel de inteligibilidad mutua, pero se consideran lenguas diferentes debido a cuestiones culturales derivadas de la desintegración de Yugoslavia.
4. Estatus y reconocimiento
Este criterio no sólo se refiere a cómo los grandes organismos como la ONU y la UE ven y clasifican las diferentes variantes lingüísticas, sino también a cómo los propios hablantes clasifican su lengua. Sin embargo, no siempre son los propios hablantes quienes hacen la distinción.
Por qué es importante la diferencia
Tener directrices sobre qué es una lengua y qué es un dialecto debería, en efecto, ayudar a la gente a comunicarse, pero crear esas clasificaciones es una tarea polémica que afecta a temas importantes como la educación, la exclusión cultural y la asignación de recursos. En España, por ejemplo, algunas variantes como el catalán, el euskera y el gallego han recibido financiación y ayudas públicas adicionales de forma controvertida porque tienen estatus oficial como lenguas y no como variantes del español.
En algunos casos, los grupos pueden verse marginados si no se traducen materiales importantes a su lengua porque se supone que sólo hablan un dialecto y deberían ser capaces de entenderlo. Algunos hablantes también pueden considerar la relegación al estatus de dialecto como una forma de subyugación o un golpe a su independencia. Comprender la complejidad de las distinciones entre una lengua y un dialecto es crucial para promover una comunicación eficaz, la preservación cultural y el bienestar de las diversas comunidades lingüísticas.