Cómo el analfabetismo moldeó el lenguaje marítimo
Cualquiera que haya disfrutado de la literatura o películas que retratan la vida en el mar seguramente habrá notado que el entorno en un barco está lleno de jerga desconocida. Palabras como “bosun” y “stays’l” pueden escucharse constantemente, pero al buscarlas en un diccionario, ¡parece que no existen! La razón de muchas de las pronunciaciones (y escrituras) distorsionadas de parte de la jerga marítima tiene que ver con las capacidades de los propios marineros. Para muchos, la alfabetización era un privilegio reservado solo a unos cuantos.
Cuando un marinero no sabía leer, probablemente tampoco sabía cómo se escribían las palabras. Por lo tanto, los marineros dependían únicamente de la pronunciación de una palabra según la escuchaban de otros. Debido a que las tripulaciones en la era de la navegación a vela podían estar compuestas por docenas de personas de diferentes países, estas pronunciaciones no eran consistentes ni siempre precisas con respecto a la ortografía original de las palabras. Así, cierta terminología se fue alejando de una correlación directa entre escritura y pronunciación. Por ejemplo:
Bosun – Marinero experimentado encargado de mantener en buen estado la cubierta y el exterior del barco. La pronunciación “bosun” es el resultado de la incapacidad de la mayoría de los tripulantes para leer la palabra “boatswain” y pronunciarla correctamente. También hay que considerar el origen de “boatswain” en el inglés británico, donde se solía pronunciar “boat-swun” en lugar de “boat-swayn”.
Coxin – El coxin está encargado de la navegación en el barco. Al igual que “boatswain,” el término original es “coxswain,” que fue acortado debido al analfabetismo entre la tripulación y la dependencia en la pronunciación entre culturas con distintos acentos.
Modificaciones adicionales: eficiencia y claridad
Además de los retos relacionados con la alfabetización, los marineros también enfrentaban el rugido del mar y las necesidades cambiantes de un barco en movimiento. Estos factores influyeron en el lenguaje marítimo, priorizando sonidos claros, vocalización rápida y sílabas cuidadosamente seleccionadas para adaptarse a las condiciones laborales.
Ruido del mar
Cuando el siseo de la espuma golpeando el barco ocupa gran parte del rango auditivo del marinero, puede ser difícil hacerse entender con palabras comunes. Para comunicarse eficazmente entre sí y con el capitán, los marineros fueron seleccionando gradualmente opciones lingüísticas que evitaran sonidos que se pierden fácilmente, como th, wh y p.
Considere lo mucho más fácil que es escuchar “heave” en comparación con “pull,” debido a la forma en que se producen los sonidos. La vocal “ee” en “heave” puede expresarse con una fuerte exhalación desde el pecho, mientras que el “uu” en “pull” se forma en la parte alta y trasera de la garganta. Esto limita la fuerza con la que se puede proyectar el sonido, haciéndolo menos efectivo en una cubierta ruidosa.
Velocidad y precisión
En medio de una tormenta o en los espacios reducidos de un puerto, los tripulantes deben actuar con rapidez para ajustar las velas y los aparejos, manejar el timón y realizar otras tareas esenciales. Cuando el tiempo apremia, cuantas menos palabras se usen, mejor. Esto llevó al desarrollo gradual de frases altamente específicas que no se utilizan fuera del contexto marítimo.
En lugar de algo extenso como “¡empuje la caña hacia sotavento!” (es decir, dirija el barco hacia el lado opuesto al viento), es mucho más eficiente simplemente gritar “¡helm’s a lee!” o “¡lee ho!” Note también cómo estas palabras tienen sonidos fuertes y potentes, y cómo “lee” puede viajar a mayor distancia que las más suaves “tiller” y “push.”
En favor de llamadas rápidas y precisas, casi todo el lenguaje a bordo omite palabras innecesarias, incluyendo artículos como un/una/el/la. Así:
“Ready larboard” en lugar de “prepárense del lado izquierdo”
“Sweat stays’l brace” en lugar de “tiren del tensor de la staysail horizontalmente y no solo verticalmente”
Ritmo silábico
Los miembros de la tripulación deben estar coordinados para trabajar con eficacia. ¡Si todos jalan una cuerda a diferentes ritmos, se logra muy poco! Para agilizar el proceso, las tripulaciones desarrollaron patrones rítmicos en su lenguaje, usados cuando era necesario para sincronizar sus esfuerzos. Esto se demuestra fácilmente con el clásico “heave ho.”
Todos se colocan en fila, sosteniendo una cuerda. Una persona, usualmente el capitán o algún otro líder, grita: “¡Heave!” Luego, al unísono, la tripulación jala la cuerda gritando: “¡Ho!” Esta alternancia de “heave” y “ho” permite un trabajo sincronizado.
Contribuciones culturales y letras omitidas
Las exigencias de navegar no fueron las únicas que refinaron el lenguaje marítimo hasta lo que conocemos hoy. Con barcos compuestos por tripulaciones multiculturales, desde Irlanda hasta la India, muchas palabras fueron adaptadas con el tiempo. Una de las tendencias más comunes que surgieron de este crisol de culturas fue la omisión de letras, lo cual también servía al propósito de eficiencia ya mencionado.
Considere cómo en el inglés del Reino Unido, la palabra “foetus” se pronuncia “fetus” sin importar la “o.” Este tipo de omisiones es común en el irlandés, el escocés y muchos otros idiomas, y fue asimilado gradualmente en el lenguaje marítimo debido a la demografía general de las tripulaciones. Al mismo tiempo, otros cuyas lenguas no incluían este comportamiento agregaron sus propios hábitos, como el uso del corte glotal (como cuando se pronuncia “mountain” como “moun’n,” algo que aún sucede hoy en día).
Todos estos factores contribuyeron a la creación de muchas palabras acortadas que se convirtieron en parte esencial de la jerga náutica. Ejemplos incluyen:
- T’gallant – El topgallant, o vela que se encuentra justo encima de la vela superior
- Tops’l – La vela superior, o vela que se encuentra por encima de la vela mayor
- Stays’l – La staysail, o vela que conecta directamente del mástil a la cubierta
Este fenómeno también se encuentra en términos náuticos como “dog watch,” o el periodo entre las 4pm y las 8pm en el que una parte de la tripulación debe trabajar dos horas adicionales para que el otro grupo pueda cenar o descansar. Se cree que este término es una forma acortada de “dodging the watch” (esquivar la guardia, ya que nadie quiere participar) o, de forma similar, de “dodge watch.”
Las exigencias del mar impusieron presiones únicas sobre el lenguaje, forzándolo a adaptarse. Con el paso del tiempo desde la era de la navegación a vela, estos cambios han seguido moldeando la forma en que el lenguaje se forma y eventualmente cae en desuso. ¡Por eso el lenguaje siempre sigue siendo fresco y emocionante!