Un viejo adagio de la enseñanza dice que, sea cual sea la actividad, un alumno sólo puede prestar atención durante tantos minutos como años tenga. Por ejemplo, los niños de siete años pueden prestar atención a una sola tarea o ejercicio en clase durante aproximadamente siete minutos. Cuando pasan esos siete minutos, se aburren, su atención se desvía y empiezan a planear una excursión a la fuente de agua como breve escapatoria de la clase. Del mismo modo, se dice que incluso el más estudioso y atento de los dieciocho años alcanza su límite a los dieciocho minutos. Esto no pretende ser un hecho científico irrefutable, pero plantea un interesante problema general.
Los estudiantes suelen tener entre cuatro y veintidós años. Las clases suelen durar entre cuarenta y cinco minutos y una hora. Eso significa que existe una enorme discrepancia estructural entre la capacidad de atención media y el tiempo de clase estándar. Si un profesor sólo planifica una o dos actividades diferentes por clase (lo que, por desgracia, ocurre en la mayoría de los cursos de secundaria y universidad), los estudiantes y los profesores ya están preparados para fracasar.
Consideremos ahora un curso de lengua extranjera, es decir, uno en el que los estudiantes de todas las edades deben esforzarse activamente por seguir lo que está sucediendo. Y añadamos el hecho de que, aunque el profesor haya planificado más de una actividad, es probable que todas impliquen que los alumnos estén sentados en silencio en sus pupitres. A los alumnos mayores probablemente les costará mantenerse despiertos. Los más jóvenes, por su parte, no prestarán atención a la monotonía del profesor y se dejarán llevar alegremente al país de la laguna. Independientemente de la edad, este estilo de clase de idiomas está entre lo soportable y lo aburridísimo.
¿Cuál es uno de los mejores remedios para las clases poco interesantes? Moverse. En un día normal de clase, los alumnos van de un aula a otra, se sientan en un pupitre y no se levantan hasta que suena el timbre. Aproximadamente 75% del tiempo medio de clase de los alumnos se pasa sentado en silencio en sus pupitres. De alguna manera, los profesores tienen que hacer que los alumnos se muevan.
He aquí el método de enseñanza de la Respuesta Física Total (RFT). Como su nombre indica, este sistema involucra a los alumnos no sólo mentalmente, sino también físicamente, a través de juegos de rol, actividades con elementos de atrezzo y movimiento corporal. Desarrollado originalmente por el Dr. James Asher en la década de 1960, el TPR invita a alumnos de todas las edades a levantarse de sus asientos y disfrutar de su experiencia de aprendizaje. Esta metodología se puede utilizar para todas las edades y temas, pero realmente puede brillar en las clases de lenguas extranjeras, donde los estudiantes confían más en las señales físicas y el lenguaje corporal para comprender e interiorizar nuevo vocabulario y estructuras lingüísticas.
Lección típica
Clase de inglés de 2º curso para hablantes nativos de vietnamita
- Actividad de calentamiento – Juego de «Simón dice»
Con los alumnos alineados al frente de la clase, el profesor dice cosas como.
«Simón dice salta sobre un pie».
«Simón dice que pongas las dos manos en las rodillas».
«Cierra un ojo.»
- Lección de vocabulario – Comida
El profesor presenta imágenes de diferentes alimentos y la palabra inglesa para cada uno. En grupos, los alumnos representan diferentes actividades como:
- cocinando tortitas;
- pelar un plátano;
- hacer una pizza.
3. Lectura – Lectura en grupo Ricitos de oro y los tres osos
Mientras el profesor guía la lectura, puede hacer pausas en diferentes partes y pedir a los alumnos que representen lo que está ocurriendo en la historia, como por ejemplo -.
- abriendo la puerta;
- mirar por la casa;
- comiendo diferentes papillas.
4. Recapitulación – Estiramientos
El profesor guía a los alumnos en un ligero estiramiento mientras recapitula la actividad sobre los alimentos y la historia que han leído.
El papel del profesor
Este estilo de aprendizaje multisensorial es divertido tanto para el alumno como para el profesor, pero requiere una preparación adecuada previa a la clase y, a continuación, una estrecha supervisión del comportamiento de los alumnos. No es el tipo de lección que un profesor debe intentar crear sobre la marcha, ya que los alumnos necesitan instrucciones claras sobre lo que deben hacer y por qué. Las actividades físicas animadas pueden convertirse fácilmente en un caos sin la intervención adecuada del profesor.
El profesor también debe modelar los movimientos, y asegurarse siempre de animar a los alumnos tímidos que quizá no disfruten de las actividades físicas tanto como otros.
Positivos
- Esta metodología suele dar lugar a lecciones memorables y atractivas. Las actividades de TPR suelen ser mucho más agradables que sentarse a escuchar una clase o hacer hojas de ejercicios en silencio;
- Las actividades físicas en el aula pueden ayudar a prevenir el comportamiento disruptivo. Los alumnos aburridos tienden a inquietarse, morder los lápices y retorcerse en sus asientos. El TPR les da una salida para esa energía.
Negativos
- Algunos padres y administradores escolares opinan que demasiado TPR acaba afectando negativamente al rendimiento de los alumnos en los exámenes estandarizados y otras evaluaciones formales. Se dice que los alumnos se acostumbran demasiado a «jugar» y obtienen malos resultados en las formas más rigurosas de evaluación.
- Algunos alumnos detestan absolutamente este tipo de clases y prefieren quedarse solos leyendo o sentados en silencio. Es posible que los alumnos con capacidades diferentes no estén tan dispuestos a participar en algunas actividades o se sientan incómodos.
- Las actividades de RTP pueden descontrolarse y los alumnos pueden resultar heridos. Por lo general, las aulas no están bien dispuestas para cualquier tipo de actividad física, y los alumnos pueden tropezar fácilmente con una mochila, caerse sobre un pupitre, golpearse accidentalmente, etc.
Pensamientos finales
TPR es generalmente una de las formas más agradables y atractivas de la enseñanza y el aprendizaje, y puede trabajar para los estudiantes de todas las edades y temas de clase. Con un poco de creatividad, puede aplicarse a una gran variedad de temas, desde el aprendizaje de las formas hasta la astrofísica a nivel de posgrado. Para aprender una lengua extranjera, el estilo de enseñanza de la Respuesta Física Total puede ayudar a los alumnos a relacionar su nuevo idioma con acciones físicas y contextos. Sin embargo, los profesores siempre deben tener en cuenta que los alumnos que no disfrutan con las actividades de RPT no disfrutan de verdad, por lo que es mejor equilibrar esta estrategia con otras metodologías tradicionales.