Del mismo modo que algunos bibliotecarios y profesores anticuados lamentan que las nuevas generaciones ya no lean (aunque la gente lee MUCHO más que las generaciones anteriores, sólo que normalmente en línea), también hay quien lamenta el creciente uso de emojis, considerándolo una especie de regresión a la época de las pinturas rupestres. ¿Internet no sólo acorta nuestra capacidad de atención, sino que también deteriora nuestras habilidades lingüísticas? ¿O se trata de una progresión natural del lenguaje en la era digital que, de hecho, aporta niveles avanzados de matiz y concisión? Aquí veremos una breve historia de cómo hemos llegado a la prevalencia de los emojis.
:-) a 🙂
Antes de los días de la Generación Alfa, los Zoomers y el uso más extendido de los emoji, surgió un sistema pictórico más rudimentario en los primeros días de Internet. Los emoticonos, cuyo nombre es un portmanteau de emoción + icono, son esos antepasados horizontales de los emojis que aparecieron por primera vez hace más de 40 años. A medida que la mensajería instantánea, los mensajes de texto y la prevalencia de los teléfonos móviles aumentaron a partir del año 2000, también lo hizo el uso de emoticonos. Eran simplistas, pero servían para lo mismo que los emojis: transmitir sentimientos de forma concisa. En la actualidad, los emoticonos están prácticamente extinguidos, ya que muchos teléfonos y ordenadores convierten automáticamente un :-/ en un 😕.
Llegan los emojis
Los emojis, las pequeñas imágenes digitales que expresan emociones, fueron inventados a finales de los 90 por una empresa japonesa llamada NTT DoCoMo, y la propia palabra emoji puede traducirse aproximadamente del japonés como «pictograma». A diferencia de los emoticonos, que simplemente reutilizaban letras y signos de puntuación existentes, los emojis requirieron un avance tecnológico real, y muchos gigantes de la tecnología intentaron robarse el mérito. Twitter, Apple y Google tenían sus propias interpretaciones de cómo debían ser los distintos emojis. Algunos preferían simples dibujos animados y otros empleaban los malogrados «blob emojis«.
Se utilizaban sobre todo en comunicaciones informales y no se pusieron de moda tan rápidamente, ya que se consideraban más una novedad o una forma de bromear durante una conversación sin rumbo. De hecho, no hace tanto tiempo que la idea de incluir un 🙏 o un 👍 en una respuesta de correo electrónico habría sido descabellada para la mayoría, y los críticos veían los emojis como una moda pasajera para las generaciones más jóvenes.
El boom de los emojis
Ya sea gracias a la creciente popularidad de las redes sociales, a los límites de caracteres en Twitter e Instagram o simplemente a un cambio cultural general, los emojis empezaron a ganar adeptos en la década de 2010. Como la mayoría de las cosas, su popularidad comenzó entre las generaciones más jóvenes, y luego se extendió a las menos inclinadas a la tecnología. Entre los hitos que han marcado esta tendencia se encuentran el hecho de que el Diccionario Oxford convirtiera 😂 en la Palabra del Año 2015, el auge de emojis más inclusivos con diferentes tonos de piel y la continua actualización de los emojis por parte del Consorcio Unicode.
El mundo de los negocios, la publicidad y 🤑
Para no quedarse atrás de una tendencia divertida (y lucrativa), las corporaciones y los profesionales del marketing empezaron a abrazar los emojis también en la década de 2010. Ha habido éxitos y fracasos en el mundo corpo-emoji, pero por muy ingeniosos o mal concebidos que estén, todos han ayudado a normalizar el uso de los emojis.
Uno de los movimientos empresariales más imaginativos fue la petición de Taco Bell en 2015 para la inclusión de un emoji de taco, una demanda medio en broma que finalmente recibió decenas de miles de firmas y en parte condujo a la creación de un emoji de taco. La Emoji Película siguió en 2017, al igual que una avalancha de ropa y mercancía con varios emojis.
Los emojis son lenguaje
Así que los emojis son populares y están por todas partes, pero ¿no son un retroceso en nuestro progreso lingüístico? Las opiniones sobre su uso adecuado pueden variar, por supuesto, pero nadie puede negar el hecho de que el lenguaje, por su propia naturaleza, cambia. Los emojis son simplemente una ilustración (por así decirlo) de cómo nuestras palabras se adaptan a la Era Digital y a las nuevas realidades. También hay que tener en cuenta que no estamos gruñendo ante una pintura hecha con los dedos en la pared de una cueva, sino enviando emojis instantáneamente a cualquier parte del planeta a través de nuestros superordenadores, por lo que quizá se justifique un poco de margen.